Tos de las perreras
¿QUÉ ES LA TOS DE LAS PERRERAS?
La tos de las perreras o traqueobronquitis es una enfermedad altamente contagiosa ocasionada por múltiples agentes bacterianos (Bordetella bronchiséptica, pseudomona, estreptococos, etc.) y agentes virales (parainfluenza, adenovirus, reovirus, herpesvirus, etc.) y que afecta al tracto respiratorio del perro (laringe, tráquea, bronquios y en ocasiones la mucosa nasal).
¿QUÉ SINTOMAS PRODUCE?
Los signos clínicos variarán en función del animal, pero los más frecuentes son tos áspera y seca producida por un leve roce a nivel de la garganta. Esta tos se ve agravada con el ejercicio o excitación. Esta tos puede durar varias semanas y durante este tiempo pueden aparecer complicaciones más graves; como por ejemplo, neumonías.
No es una enfermedad mortal, pero sí molesta para el animal. Los problemas empiezan con las infecciones secundarias derivadas de la irritación que produce la tos continua. Pacientes de mayor riesgo serán los animales de razas pequeñas y miniatura, cachorros y geriátricos, en los que los síntomas pueden avanzar hacia la pérdida de peso, fiebre, disminución del apetito y dificultad respiratoria, siendo, por lo tanto, más importante la prevención en este rango de edad.
¿CÓMO SE CONTAGIA?
El contagio ocurre por contacto directo a través de microgotas producidas en toses, estornudos, o bien por contacto de hocicos. Factores predisponentes serán el frío, estrés,… ya que deterioran la barrera mucociliar que actúa como defensa en el sistema respiratorio.
Factores de riesgo mayores se dan en sitios dónde haya muchos perros en contacto como parques, residencias caninas, tiendas de animales.
¿SE PUEDE PREVENIR?
Existen unas vacunas que estimulan la inmunidad frente a Bordetella bronchiséptica y el virus de la Parainfluenza canina (las dos causas más frecuentes de la aparición de tos de las perreras). En 72 horas tendremos al animal protegido durante doce meses completos.
Piometra o infección de útero
¿EN QUÉ CONSISTE UNA INFECCIÓN DE ÚTERO?
La piómetra es una enfermedad producida por una alteración hormonal que favorece la infección del útero, que acumula pus y sangre en su interior. Generalmente, ocurre después del estro (celo), cuando los niveles de progesterona son más altos.
Las piómetras se dividen en abiertas o cerradas dependiendo de la permeabilidad del cuello uterino. Las abiertas tienen mejor pronóstico porque permiten la eliminación del material infeccioso (pus).
¿QUÉ PUEDE PRODUCIR UNA INFECCIÓN DE ÚTERO?
– Quistes ováricos que aumentan los niveles de progesterona de manera crónica, produciendo una respuesta anómala y exagerada del endometrio (hiperplasia quística endometrial). Favorece las secreciones del útero y crea un ambiente idóneo para la proliferación de gérmenes patógenos.
– Uso prolongado de progestágenos exógenos (inhibidores del celo), que también producen cambios en el endometrio.
– En las perras de mayor edad, la inmunidad del útero es menor, así como la capacidad de contraerse, por lo que favorece la infección.
– Infección bacteriana: siempre es secundaria a una alteración previa, es decir, se produce después de la disminución de las defensas que produce la progesterona.
¿CÓMO SÉ QUE MI MASCOTA TIENE UNA INFECCIÓN DE ÚTERO?
Por lo general se presentan al mes o dos meses después del celo:
– Piómetras abiertas: se caracterizan por secreciones purulentas a través de la vagina. Apatía, anorexia (deja de comer), fiebre (20% de los casos), vómitos, polidipsia (beben mucho), deshidratación.
– Piómetras cerradas: no tiene secreciones. Además de los signos anteriores, que normalmente suelen ser más acusados, también presentan abdomen hinchado. Este tipo de piómetra puede dar lugar a una septicemia (bacterias en sangre), toxemia (toxinas en sangre), peritonitis y/o insuficiencia renal.
¿QUÉ HACEMOS CUANDO MI ANIMAL TIENE UNA PIOMETRA?
– Piómetras abiertas: si el animal está estabilizado, se puede aplicar un tratamiento a base de antibióticos y hormonas que ayudan a expulsar la infección. Éste producto se administra mediante inyección vía subcutánea en 5 veces, con la siguiente pauta: día 1, día 2, día 8, día 15 y día 29. Es un producto caro, pero muy eficaz en estos casos (sólo se puede aplicar en perras y no en gatas).
– Piómetras cerradas: lo primero es estabilizar al animal para evitar el shock. Para ello se le administran fluidos por vía endovenosa y antibióticos inyectados. Es fundamental controlar la función renal. Una vez estabilizada, lo recomendable es aplicar el tratamiento quirúrgico. Éste consiste en extirpar los ovarios y el útero, por lo que el animal ya no tendrá más celos.
¿QUÉ PUEDE PASAR SI MI MASCOTA TIENE UNA PIOMETRA?
Las piómetras abiertas tienen mejor pronóstico que las cerradas, aunque en los próximos celos puede volver a reproducirse la enfermedad, recomendándose en estos casos el tratamiento quirúrgico.
En el caso de las piómetras cerradas, cuando se operan con rapidez, las probabilidades de éxito son altas. Sin embargo, si tiene alguna complicación de las mencionadas anteriormente, podría haber riesgo de parada cardiorrespiratoria en la operación o en los días posteriores.
En resumen, la mejor opción siempre es la cirugía (ovariohisterectomía), ya que es una solución definitiva.
Parvovirosis canina
¿EN QUÉ CONSISTE ESTA ENFERMEDAD?
La parvovirosis se trata de una enfermedad producida por un virus cuyo síntoma más característico consiste en diarreas muy abundantes y en la mayoría de los casos sanguinolentas.
El virus se distribuye mundialmente y ataca principalmente a perros jóvenes no vacunados o que no hayan ingerido suficiente leche materna en las primeras horas del nacimiento. Algunas razas como el Rottweiler, Dobermann, Galgo español y Springer spaniel son más propensas a padecer la enfermedad.
¿CÓMO SE CONTAGIA MI PERRO?
El parvovirus es altamente contagioso y se elimina a través de las heces de los animales infectados. Para que nuestro perro coja la enfermedad tiene que haber contacto oral con heces contaminadas por parvovirus. Esto puede ocurrir a través de nuestras manos, calzado, ropa o cualquier otro material contaminado con material fecal.
¿CÓMO SÉ QUE MI PERRO ESTÁ INFECTADO?
Nuestra mascota empieza a mostrarse triste, sin apetito, vomita, tiene diarreas abundantes y adelgaza mucho en muy poco tiempo.
Para diferenciarlo de una gastroenteritis; cuyos síntomas son similares, existen unos tests que detectan el virus a partir de una muestra de sangre o heces del perro.
¿QUÉ TENGO QUE HACER SI MI PERRO ESTÁ INFECTADO?
Las medidas que debemos tomar son varias:
1. Acudir al veterinario en cuanto detectemos algún síntoma de enfermedad, ya que el parvovirus actúa con bastante rapidez. El perro se deshidrata rápidamente por las diarreas y los vómitos pudiendo tener consecuencias fatales en muy poco tiempo. Con lo que una rápida actuación es vital para nuestro perro.
2. El parvovirus es muy contagioso con lo que debemos separar al animal de los hermanos si los hubiere o de otros animales.
3. Debemos realizar una limpieza exhaustiva con lejía de todos los objetos y lugares en los que haya podido tener contacto el animal infectado.
¿PODRÍA HABERLO EVITADO?
La prevención del parvovirus canino se realiza mediante la vacunación del cachorro y perro adulto, y manteniendo la higiene de los lugares en que los perros viven y pasean. El programa de vacunación debe decidirlo el veterinario y debe ser seguido estrictamente para reducir el riesgo de contagio. Aún así, algunos perros vacunados contraen el parvovirus canino, por lo que la higiene no debe dejarse de lado.
Orugas procesionarias
La procesionaria, es una de las mayores plagas que afectan a nuestros pinos y para la que existen muy pocas soluciones.
Esta plaga es muy peligrosa para nuestros perros, ya que el simple contacto con una zona por donde han pasado o donde se haya caído un nido y queden restos de las orugas, puede provocar una nefasta reacción en nuestro perro, pudiendo llegar a ser mortal en algunos casos.
La procesionaria más frecuentemente implicada es la del pino (Thaumetopoea pityocampa). Las orugas tienen pelillos urticantes en arpón que contienen un veneno muy irritante llamado thaumatopoyeína.
Todas las partes del cuerpo que hayan estado en contacto con las orugas presentarán síntomas, siendo mayormente la cavidad bucal y cara de los perros las zonas más afectadas.
Los síntomas aparecen muy rápidamente (en pocos minutos). Si los síntomas se localizan en la cavidad bucal, se produce hipersalivación, vómitos, edema y cianosis (la lengua duplica su volumen y se vuelve azul) e inicio de necrosis (muerte de los tejidos) en los sitios en que se implantaron los pelillos.
Además, podemos observar: afecciones oculares (conjuntivitis y queratitis), problemas cutáneos, con edema y necrosis, problemas respiratorios cuando hay inhalación de pelillos y, en ocasiones, también síntomas generales: postración y shock, siendo éste último bastante raro
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¿QUÉ DEBO HACER CUANDO ESTO OCURRA?
Es urgente la atención veterinaria.
Si actuamos con rapidez y la zona afectada no es muy extensa ni afecta a órganos vitales, el pronóstico suele ser favorable sin afectar por regla general a la calidad de vida del animal.