Así quedó la extremidad posterior derecha de DUQUE, un precioso ejemplar de bull terrier enano después de saltar una valla de unos dos metros de altura. Como se puede observar, el foco de la fractura es oblicuo (fractura en pico de flauta) y se localiza en el tercio medio de la tibia (fractura diafisaria).
El tratamiento recomendado, por supuesto fue la cirugía, ya que esta raza y a esta edad (1 año), es muy difícil de mantener en reposo y la inmovilización mediante vendaje o fibra de vidrio resulta muy incómoda para el animal.
Las fracturas de tibia tienen la ventaja de ser fáciles de abordar quirúrgicamente, puesto que este hueso no está rodeado de mucha masa muscular. Por otra parte, tiene el inconveniente de ser un hueso poco vascularizado, por lo que la cicatrización ósea es más lenta.
Las posibilidades para este tipo de fracturas son varias, incluyendo la colocación de fijadores externos, clavo intramedular, cerclajes, tornillo de compresión interfragmentario, placa de sostén o combinación de estas técnicas. No se recomienda colocar la placa en compresión dinámica, ya que al apretar los tornillos, se produciría un desplazamiento de los fragmentos en cizalla.
Como ya se ha explicado, es un animal muy activo y difícil de controlar, por lo que se decide colocar una placa de 3.5 mm combinada con un tornillo de compresión interfragmentario.
El protocolo anestésico utilizado fue:
Premedicación: meloxicam, marbofloxacino, dexmedetomidina y morfina.
Inducción: fentanilo y propofol.
Mantenimiento: isoflurano.
Fractura de tibia de Duque (Bull Terrier enano)
Al día siguiente de la intervención, DUQUE empezó a apoyar la extremidad, aunque lo recomendado en estos casos, como en casi todas las intervenciones quirúrgicas de fracturas óseas, es guardar reposo durante un mes.